Por: Arq. Gonzalo Mut – Gerente Comercial Pasiva Mgtr. Diseño y Construcción Sustentable LEED Green Associate – Edge Expert; Evaluador Energético Minvu; Asesor CES – CVS.
Las ciudades modernas, con su densa infraestructura y altas concentraciones de edificios, carreteras y pavimentos, a menudo experimentan un fenómeno conocido como el “efecto isla de calor urbano”.
Este fenómeno se traduce en temperaturas más elevadas en áreas urbanas en comparación con sus entornos rurales circundantes y la mitigación de este efecto es crucial para el bienestar de los habitantes urbanos. Aquí exploramos algunas estrategias efectivas para contrarrestar el efecto isla de calor.
Vegetación Urbana, consta de la introducción y mantenimiento de zonas verdes en entornos urbanos. Los árboles, arbustos y otras plantas, no solo proporcionan sombra, sino que también, contribuyen a la evaporación, reduciendo la temperatura ambiente. Los espacios verdes bien planificados actúan como oasis de frescura, contrarrestando las áreas pavimentadas y edificios que retienen el calor. En estas estrategias, la recomendación siempre es utilizar especies endémicas o adaptadas para reducir la necesidad de riego.
En cuánto al diseño urbano sostenible, es importante pensarlo desde la planificación para mitigar el efecto isla de calor. Estrategias como la orientación de edificios para aprovechar las corrientes de aire y el diseño de calles que favorezcan la sombra, son elementos clave. Además, la implementación de techos verdes y fachadas vegetales puede enfriar los edificios y reducir la necesidad de aire acondicionado.
Las superficies reflectantes, también son una elección que puede disminuir la absorción de calor. Las superficies pavimentadas, techos y carreteras con colores más claros reflejan la luz solar, reduciendo la acumulación de calor en la ciudad. Esta simple medida puede tener un impacto significativo en la temperatura ambiente.
Por su parte, la infraestructura azul juega un rol en la integración de elementos acuáticos como fuentes y estanques, por lo que aporta estética a la ciudad y tiene un efecto refrescante. La evaporación del agua contribuye a enfriar el entorno circundante y, la planificación de espacios abiertos con cuerpos de agua, puede ser una estrategia eficaz para combatir el calor urbano.
También se debe pensar la movilidad sostenible. Reducir la dependencia de vehículos motorizados, contribuye a la disminución de las emisiones de gases tóxicos y a la reducción del calor generado por el tráfico. Promover el transporte público, la bicicleta y el caminar, mejora la calidad del aire y contribuye a un clima más fresco en las ciudades.
En conclusión: la mitigación del efecto isla de calor es esencial para crear ciudades sostenibles y habitables. La implementación de estrategias verdes, el diseño urbano inteligente y la promoción de la movilidad sostenible, son pasos fundamentales hacia entornos urbanos más frescos y saludables.
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