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19 noviembre, 2023 /

Manifestaciones urbanas: ¿expresión cultural o excusa para destruir?

Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios COHLERS + PARTNERS

Me apasiona el arte, incluso el que pocos entienden como arte callejero o arte urbano, pero no me resulta conciliable el hecho de que dichos “artistas” o “libre pensadores”, se expresen causando daños materiales y económicos, y malestar a quiénes muchas veces en contra de su voluntad, resultan afectados en su propiedad privada y/o pública, con por ejemplo, lienzos de tal expresión humana.

Que quede claro que este reproche lo hago tanto respecto de los que se denominan graffitis como manifestación artística, como aquellos que usan las paredes de edificios y monumentos como textos de chat para manifestar sus ideologías, opiniones y malestares sociales.

Todos olvidan o desconocen, que nuestra Constitución consagra como garantía el derecho a expresarse, a emitir opinión y el derecho de petición a las autoridades; pero como todos los derechos y garantías, se encuentran limitadas en donde comienzan las garantías y derechos de terceros, como sería el derecho de propiedad.

A nadie le gusta que dañen sus inmuebles, muebles y/o los monumentos que pertenecen a todos con pintura o rayados, sobre todo, si no se ha consentido para que otros puedan expresarse libremente. Si este tipo de manifestación fuese positiva, me pregunto: ¿por qué no se expresan entonces de esa forma en su propio domicilio? La libertad reconoce limitaciones, que es precisamente que su uso no puede ni deba causar a la vez un daño a un tercero, totalmente ajeno a dicha manifestación.

Quizás todo esto es muy elevado para algunos, pero mientras no entendamos el real origen y efecto de esta situación, seguirá el Gobierno y los municipios empleando una infinidad de millones de pesos provenientes de nuestros impuestos en tratar de reparar, pintar y volver a enaltecer las fachadas y paredes de inmobiliario público y privado de carácter patrimonial, y/o de monumentos dañados por este falso arte o mal entendida libertad de expresión.

Un país tiene como lema de su bandera “Orden es Progreso”, el nuestro es “Por la razón o la Fuerza” … Por ello, no debe entonces de extrañar que actualmente existan 9 mociones parlamentarias que traten de constituir directamente como prohibidas y sancionables, las conductas asociadas al graffiti y al rayado no consentido de bienes muebles e inmuebles. Parece lamentable que todavía la amenaza del castigo sea la única forma de lograr el cambio cultural en nuestro país.

Modestamente, sugiero soluciones concretas, como: crear espacios urbanos (públicos y privados), donde estos artistas puedan manifestarse libremente; catastrar y permitir que ciertos espacios públicos ya existentes, puedan contar con este aporte artístico; potenciar proyectos inmobiliarios que contemplen espacios en que se pueda contemplar esta manifestación artística como aporte inmaterial del proyecto; realizar campañas de re-educación en este sentido, que no todo sea una sanción; crear concursos a nivel comunal, regional y nacional para artistas urbanos, publicar y difundir este arte con aportes de la empresa privada. Quizás estas y otras opciones puedan ayuda a conservar nuestra ciudad.

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