
Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios
Siempre creí, y quiero seguir creyendo que una cuidad, poblado o en general cualquier asentamiento humano, tiene, en esencia, ese espíritu o sello propio que la da su población, constituyendo así una ciudad viva. Por eso, no hay ciudades buenas o malas, pues ellas solo son un reflejo de quienes las viven.
Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente la forma en que se planifican y desarrollan los proyectos inmobiliarios y urbanos.
Tradicionalmente, la planificación urbana dependía de procesos manuales, largos estudios demográficos y proyecciones de demanda. Con la introducción de algoritmos de IA, la industria inmobiliaria está adoptando un enfoque más ágil basado en datos en tiempo real, optimizando la eficiencia y la sostenibilidad.
Un cambio relevante es el uso de la IA para analizar grandes volúmenes de datos urbanos, como el tráfico, patrones de movimiento de personas, el uso de recursos y el comportamiento del mercado inmobiliario, permitiendo a los desarrolladores identificar mejores ubicaciones para nuevos proyectos, basándose en factores como la accesibilidad, demanda potencial y disponibilidad de servicios. Esta capacidad predictiva no solo reduce el riesgo de inversión, sino que también contribuye a un desarrollo más equilibrado y eficiente de las ciudades.
En la construcción, la IA está mejorando la eficiencia operativa a través de herramientas como los gemelos digitales, que replican virtualmente un proyecto y permiten identificar fallas antes de que ocurran en la obra física. Además, la IA optimiza la gestión de inventarios y la cadena de suministro, lo que resulta en una construcción más eficiente, rápida y con menores desperdicios.
Un aspecto novedoso y de alto impacto es el diseño automatizado de viviendas. Algoritmos avanzados pueden generar planos optimizados según las necesidades del cliente, ajustando el diseño a las normativas locales y mejorando el uso de recursos. Esto no solo reduce los tiempos de diseño, sino que también mejora la calidad y personalización de las viviendas.
Así, no cabe duda que la inteligencia artificial está revolucionando la planificación urbana y el desarrollo inmobiliario al ofrecer soluciones más inteligentes, eficientes y sostenibles que prometen transformar el futuro de las ciudades y el sector inmobiliario en su conjunto, espermos que esta “perfección” no afecte el alma de la cuidad y del urbanismo.