Por: Francisco Bascuñán, director ejecutivo Inmobiliaria Norte Verde.
En un mundo donde la preocupación por el medio ambiente y la calidad de vida urbana es cada vez más relevante, el sector inmobiliario tiene una oportunidad única para liderar el camino hacia la construcción de ciudades más sostenibles y habitables. Más allá de construir edificios ecológicos, los desarrolladores tienen la responsabilidad de diseñar proyectos que minimicen el impacto ambiental y promuevan un estilo de vida más sustentable para sus residentes.
La construcción de una ciudad inteligente implica concebir proyectos urbanos que se centren en las necesidades y el bienestar de quienes las habitan. Resulta clave en la planificación urbana sostenible hacer ciudad pensando en las personas, promoviendo la proximidad entre espacios de trabajo, recreación y vivienda para reducir la necesidad de grandes desplazamientos. Esto no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también reduce la huella de carbono asociada con el transporte y promueve un estilo de vida más sustentable.
En esta visión de una “ciudad centrada en el ciudadano”, la idea de la “ciudad en 15 minutos” ha ganado prominencia. Esta mirada busca crear comunidades donde los residentes del edificio puedan acceder fácilmente a todos los servicios básicos dentro de un corto radio de desplazamiento, reduciendo así la necesidad de utilizar autos y fomentando barrios caminables. Al priorizar la cercanía y la accesibilidad, se promueve una mejor calidad de vida y se reduce la huella de carbono asociada al transporte.
Con este objetivo los “barrios verticales” emergen como una solución innovadora para optimizar el uso del espacio urbano. Se trata de una mirada de edificación en altura que no solo ofrece unidades residenciales, sino que también integra servicios, comercios y espacios abiertos de uso común en diferentes niveles, creando así comunidades compactas. Al concentrar la densidad poblacional y promover la interacción social, se contribuye a una mayor cohesión comunitaria y se preserva el entorno natural al evitar la expansión urbana hacia áreas protegidas.
El compromiso con la construcción sostenible significa también adoptar prácticas y tecnologías que reduzcan el impacto ambiental de los proyectos inmobiliarios. Desde la incorporación de materiales ecoamigables, hasta la implementación de sistemas de energía renovable y la certificación de edificios con estándares internacionales, como carbono neutral, las empresas del sector están demostrando su compromiso con la preservación del medio ambiente.
La incorporación de áreas verdes y espacios naturales en el diseño urbano es fundamental para crear ciudades vivibles. Los parques, jardines, áreas recreativas y plazas elevadas en edificios no solo mejoran la calidad de vida de los habitantes, sino que también contribuyen a la biodiversidad urbana, la mitigación del calor y la captura de carbono, haciendo que las ciudades sean más saludables y resilientes ante el cambio climático.
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