Por: Arq. Gonzalo Mut – Gerente Comercial Pasiva Mgtr. Diseño y Construcción Sustentable LEED Green Associate – Edge Expert; Evaluador Energético Minvu, y; Asesor CES – CVS.
Tras varios años de espera, finalmente se aprobó el pasado 5 de octubre el reglamento de la Calificación Energética de Viviendas y, con ello, comienza la cuenta regresiva a la obligatoriedad de implementarla en los proyectos nuevos de vivienda cuya solicitud de permiso de edificación o anteproyecto, sea ingresada con posterioridad a la entrada en vigencia del Reglamento.
Esta normativa busca promover la eficiencia energética y reducir el consumo de energía en los hogares, lo que genera tanto efectos positivos como desafíos para el sector. Dentro de los impactos en el mercado inmobiliario, está la mayor demanda de viviendas eficientes producto de que los consumidores se están volviendo más conscientes del ahorro energético y las implicancias ambientales.
Todo lo anterior genera una mayor preferencia por viviendas que cuentan con una calificación energética más alta (A o B), valorando la posibilidad de reducir sus costos en calefacción, aire acondicionado y electricidad.
Otro punto a considerar de cara al impacto, es la revalorización de las propiedades, que hace referencia a que viviendas con una mejor calificación energética pueden experimentar una revalorización en el mercado, ya que se perciben como inversiones más sostenibles y de menor costo operativo a largo plazo. Esto genera un incentivo para los desarrolladores a construir proyectos más eficientes.
El ítem de costos adicionales para las constructoras tambén es relevante, puesto que para alcanzar mejores calificaciones energéticas, los desarrolladores deben invertir en tecnología y materiales más eficientes, como aislamiento térmico o ventanas de mayor calidad.
Esto puede incrementar los costos de construcción y reflejarse en los precios finales de las viviendas. Sin embargo, estos se podrían reducir incorporando una asesoría de Eficiencia Energética temprano en el diseño. Muchas veces hacer adaptaciones desde la arquitectura, como protecciones solares o variar la relación vano/muro, pueden hacer grandes diferencias a nivel de desempeño energético.
Desde la vereda del impacto en la oferta de vivienda antigua que fueron construidas antes de la entrada en vigor de la normativa, pueden quedar en desventaja por no contar con una calificación energética favorable. Esto puede generar menor demanda o la necesidad de invertir en mejoras para hacerlas más competitivas en el mercado, aunque los inmuebles que quedan sin calificación no son necesariamente menos eficientes, por lo que se pueden tornar más accesibles y provocar mayor dinamismo.
Por otra parte, la calificación energética permite que los compradores tomen decisiones más informadas, ya que tienen mayor acceso sobre el desempeño energético de la vivienda. Esto aumenta la transparencia y puede modificar las dinámicas de compra, priorizando las viviendas más eficientes.
Para todos los objetivos poder llegar a todo esto, es probable que el Gobierno ofrezca o amplíe incentivos como subsidios o beneficios fiscales, con el fin de promover la construcción de viviendas con mejores calificaciones energéticas. Esto puede equilibrar parte del aumento en los costos de construcción y fomentar el crecimiento de este tipo de proyectos.
Si bien es cierto que hoy ya existen incentivos desde diferentes entidades financieras, mayormente para la compra mediante “créditos hipotecarios verdes” y más tímidamente al desarrollo, sería esperable que para el futuro se otorguen ciertos beneficios desde el marco normativo.
La obligatoriedad de la calificación energética impulsa la transición hacia un mercado inmobiliario más sostenible, pero también, plantea retos en términos de costos de construcción y adaptación del parque inmobiliario existente. A largo plazo, se espera que estas medidas fomenten la construcción de viviendas más eficientes y que, aunque los precios iniciales puedan aumentar, los costos de operación de las viviendas y su valor de reventa sean más atractivos.