
Por: Marcos Brito, gerente de Construye2025, M.Sc. Ingeniero civil industrial Universidad Adolfo Ibáñez.
Hace unos días, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), oficializó la Norma Técnica “Construcción de Vivienda Industrializada. Planificación, Diseño, Fabricación y Montaje” (Decreto Exento N°40, del 12 de septiembre 2024), en la que se establecen los requerimientos mínimos a cumplir en los distintos procesos presentes en el desarrollo de una vivienda industrializada.
De esta manera, seguimos avanzando en términos normativos en construcción industrializada. Por una parte, tenemos la NCh3509/1:2018 “Coordinación modular en edificaciones – Parte 1: Principios generales”, donde se especifica que la construcción modular es aquella que se realiza en base a un dimensionado modular, según los principios de coordinación modular. Esta forma de construir permite lograr una mejor precisión y con ello, mayor calidad y rapidez.
De aquí, surgen en consecuencia, varios de los principios de la construcción industrializada, definida por su parte en la NCh3744:2023 “Construcción industrializada y prefabricada – Términos y definiciones”.
Y ahora, con el Decreto Exento N°40 de Minvu, avanzamos como país en la construcción de un relato técnico consensuado, que, sin duda, ayuda a utilizar estos conceptos en futuros documentos formales, como contratos, licitaciones o, incluso, reglamentos públicos.
Y es que la construcción industrializada avanza hoy rápidamente, pero también es importante que lo haga de manera ordenada y desarrollando estándares técnicos, así también con un lenguaje claro y unificado.
Desde esta premisa, hablamos de una oferta que ha venido creciendo y mejorando durante los últimos años, ofreciendo alternativas industrializadas de construcción, especialmente para vivienda, donde éstas son elaboradas, principalmente, en plantas productivas con o sin automatización de procesos, pero con estándares de calidad definidos.
Así, ha aumentado la competitividad de las empresas participantes, con lo que, además, se ha venido mejorando significativamente la ingeniería de detalles, el diseño y -no menos importante- los procesos de montaje secuencial de las estructuras modularizadas. Estas, en algunos casos de tipo volumétrico, es decir, que sale de fábrica como una unidad 3D prefabricada, que unida a otras, configuran un espacio habitable y junto a otros componentes, una vivienda completa.
Es de esperar que las empresas que han estado encargadas del diseño, producción y montaje de grandes soluciones vayan paulatinamente también emprendiendo proyectos dentro de las ciudades, con vivienda en extensión y en altura, así como otros tipos de edificación: oficinas, edificios comerciales, hoteles, o recintos hospitalarios.
En definitiva, existiendo ya una amplia gama de experiencias internacionales, un significativo desarrollo nacional y un aún creciente déficit habitacional, es de esperar que veamos una cada vez mayor participación de la construcción modular en la vivienda chilena.