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16 septiembre, 2024 /

Antes las alertas sólo queda buscar oportunidades

La situación de unidades sin vender y la poca construcción, puede ser atribuida a varios factores que ya hemos desglosado en diferentes instancias. Entre las que destacan la demanda reducida de viviendas mucho menor que la oferta, lo que lleva a una acumulación de unidades sin vender; y la construcción excesiva en un área que pueden generar una sobreoferta, lo que reduce la demanda y aumenta el tiempo de venta.
Por supuesto, también hay que considerar los cambios económicos como la inflación, el desempleo o la falta de crédito que afectan la capacidad de compra de los consumidores; así como los problemas para obtener financiamiento para proyectos de construcción igual pueden limitar la cantidad de nuevos levantamientos; y los cambios demográficos locales, posiblemente logren disminuir la población que afecta la demanda de viviendas.
Y sí, las siempre polémicas restricciones regulatorias con sus normativas estrictas, son un sin fin de obstáculos para la construcción de nuevas viviendas. Sin embargo, hoy por hoy, hay que considerar los cambios en las preferencias de los consumidores, como un factor prioritario para las posibilidades de revertir la extendida crisis que lleva el sector.
Los cambios en las preferencias de los consumidores pueden ser una oportunidad para innovar y adaptarse en el ámbito inmobiliario, aunque estos sean tan complejos como la idea de jóvenes en etapa de producción que no quieren invertir, porque sus prioridades están más bien en el vivir el día a día.
Quizás, con perfiles como estos, la construcción debe buscar dar un giro definitivo a las viviendas sostenibles, puesto que la creciente conciencia ambiental genera demanda con características ecológicas que cuenten con eficiencia energética, materiales reciclados y sistemas de energía renovable.
Dentro de los nuevos perfiles de posibles compradores, se han identificado que buscan espacios flexibles, con el fin de poder darle diferentes usos, como trabajar desde casa o recibir visitas; lo mismo con la la integración de la tecnologías inteligentes en el hogar, donde toman relevancia los sistemas de automatización y conectividad.
Otros hallazgos sobre estos consumidores es que buscan viviendas que promuevan el bienestar físico y mental, con características como iluminación natural, ventilación y materiales saludables; así como la ubicación y accesibilidad son factores claves, dado que la proximidad a servicios, transporte público y áreas verdes refleja otro estilo de vida; lo que se refleja de igual forma en la personalización de los espacios; y en las viviendas multigeneracionales, que puedan albergar a varias generaciones de una familia como legado patrimonial.
Al adaptarse a estas tendencias, los profesionales inmobiliarios pueden encontrar oportunidades para innovar y satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores. La responsabilidad de activación es de todos, por lo que hay que escuchar y tomar nota de las tendencias, para poder sobrevivir.

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