Por: Álvaro Ricardi Mac-Evoy, socio Fundador SPM, director CGAI y de Cigsa Chile.
Honestamente yo creo que nunca nadie ha dicho “mamá/papá, quiero ser administrador cuando sea grande”. Hace poco estaba preparando un prompt para Chatgpt, porque necesitaba poder describir el perfil de un administrador para la búsqueda de gente para nuestra empresa.
Se me ocurrió pedirle al Chat que hiciera un dibujo de ese posible “personaje” que queríamos perfilar y lo que resultó es lo que les quiero contar a continuación. Lo más impresionante de este experimento fue la cantidad de habilidades, funciones, conocimientos, manejo de materias en derecho laboral e inmobiliario, constitucional (nueva ley), relaciones interpersonales, tecnología, mejora continua, contabilidad, finanzas y construcción.
Así como también apareció la necesidad de conocimiento en la inspección técnica, manejo de instalaciones como sala de bombas, calderas, ascensores, corrientes débiles, control de incendios, evacuación de masas en siniestros, confección de presupuestos, proyecciones económicas, inversiones, manejo de cartera morosa, manejo de personal y recursos humanos, cumplimiento tributario, cumplimiento laboral, y más, que este perfil debía cumplir.
Esto me hizo ver qué oficio más difícil elegimos, quiénes estamos dentro de esta labor, y lo peor de todo, es que lo elegimos de grandes cuando ya se está bien conscientes, formados y con las cosas bien claras, y sin crisis vocacionales. Claramente, una persona así no existe, hay muchos perfiles dentro de uno y, sin embargo: ¡somos nosotros!
Es potente encontrarme con esta imagen basada en un sin fin de skills, que parecen más las características de un super héroe o heroína que de nosotros, los que día a día estamos tratando de hacer de este oficio una profesión, donde se valore el nivel que le damos y darle la importancia que nos merecemos ante el rol que tenemos.
Por eso es fundamental seguir nivelando hacia arriba, aprende, certifícate, estudia, mejora, cosa que el día de mañana nazca el primer niño o niña que diga: “yo quiero ser administrador/a”, con orgullo de que sea una profesión que puede ser gravitante en la salud mental de una comunidad completa, de quién la ejerce y de cara a la salud económica de un país.
Valoremos lo importante de nuestro rol en la última línea del proceso económico inmobiliario de nuestro país, al final de cuentas, somos nosotros quiénes haremos que esos proyectos que se construyen perduren en plusvalía en el tiempo, así como también que nos valoren y seamos considerados en los procesos constructivos y de desarrollo donde tenemos mucho que aportar.
Nunca olvidar, entonces, que dándonos a mostrar cómo un grupo que aporta desde sus asociaciones gremiales, o que al menos, se logra organizar con un fin de común, le subirá el prestigio a nuestra función que al menos la inteligencia artificial hoy nos ha reconocido como un si fuéramos un tal: “Director multifacético de operaciones corporativas”.
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