“La figura del codeudor adquiere la misma responsabilidad de quien solicita el crédito”, señaló Sergio Barros, director ejecutivo de Enlace Inmobiliario.
El complementar renta para acceder a un crédito hipotecario, es un mecanismo para facilitar el pago de un inmueble a quienes no cuentan con los ingresos suficientes para asumir un compromiso hipotecario de manera individual. Una de las dificultades más comunes que enfrentan las personas que solicitan un crédito es que no cumplen con el requisito de la renta mínima y uno de los mecanismos que ayudan a alcanzar este requerimiento es el complemento de renta con un codeudor solidario.
En ese sentido, Sergio Barros, director ejecutivo de Enlace Inmobiliario, señala que, “la figura del codeudor adquiere la misma responsabilidad de quien solicita el crédito, es decir, comparte la deuda con el deudor principal, por lo tanto, si el titular deja de pagar, la institución financiera puede cobrar al codeudor”.
“En el caso de que la entidad financiera considere que aún no es suficiente con un codeudor, en casos puntuales, podría solicitar una tercera persona o un aval, para respaldar el crédito”, agrega Barros.
Por ejemplo, si una persona anda buscando comprar una propiedad de UF 4.000 y suponiendo que la renta mínima exigida es de $1,5 millones, pero la persona recibe un monto menor al requerido, las opciones para complementar renta, “puede evaluar con algún familiar directo, cónyuge o una persona con algún proyecto en común, como por ejemplo un hijo, la posibilidad de complementar los ingresos para alcanzar el mínimo requisito”, dijo Sergio Novoa, gerente general en BMI Servicios Inmobiliarios.
“Lo importante a la hora de realizar esta evaluación de la persona con la que se complementará la renta es que cuente con solvencia económica, buen historial crediticio y antigüedad laboral”, complementó Novoa.
En tanto, el proceso de esta solicitud de crédito hipotecario, la persona deberá completar un estado de situación, el que tiene por objetivo conocer todos los antecedentes laborales, académicos, comerciales, entre otros. “Esta información también se la pedirán al codeudor”, agrega Barros.